martes, 22 de junio de 2010

Definición Grupo A

Por la tercera fecha de la Copa Mundial Sudáfrica 2010, se enfrentaban los seleccionados que conforman el grupo A para definir quienes serian los clasificados a los Octavos de final que se inician este sábado 26 de junio.

Iniciaban en simultáneo Uruguay-México y Sudáfrica-Francia, en donde el partido de mayor interés era el que enfrentaba a la tricolor mexicana contra la garra charrúa en busca del primer lugar en el grupo para asi evitar en octavos de final a la Selección Argentina.


Uruguay 1 - 0 México: garra y futbol charrúa

Luis Suárez festeja el gol uruguayo. Lo sufre el Conejo Pérez.

Quemaba las naves Javier Aguirre. Esas cuestiones, esos versitos previos de partido arreglado, de empate convenido, de favorcitos mútuos, ya estaban erradicados. Faltaba todo un tiempo y, más allá de la victoria parcial de Sudáfrica sobre Francia in crescendo, el técnico mexicano intentaba mover el banco. Sacudir la modorra. Despertar a su tropa de un efecto tequila que comenzaba a marearlos. Uruguay bien ganaba –perdón, corrección, muy bien ganaba- con el cabezazo de Luis Suárez en el minuto 42 y los Bafana Bafana eran una tromba. Entonces el DT, desprolijo como su equipo, empezó a tirar sobre la cancha lo mejorcito que tenía reservado: que Barrera, que Israel Castro, que Javier Hernández. Sin embargo, el mejor cambio le salió a Raymond Domenech en Bloemfontein, a 445 kilómetros del Royal Bafokeng Stadium de Rustemburg, la ciudad de origen holandés que le da platino al mundo. En el entretiempo de su propia pesadilla, se decidió por un hombre de la Guayana Francesa, por un volante de la colonia, por el hombre del Chelsea (ex Chateauroux, Guingamp y Lyon), para remover las brasas. Florent Malouda, con su cuarto gol con Les Bleus, apenas descontaría para la selección Gala. Pero haría algo más por el pueblo mexicano. Sin nacionalizarse, como Guillermo Franco, el moreno se convertía de improviso en el Chavito Malouda...

A los 20 segundos nomás, Rafa Márquez, quien abandonó la cueva desde hace rato, probó a Muslera sin suerte, con el solo afán de demostrar que México quería ganar, que el punto no le cerraba. Hubo que esperar 20 minutos más para que tal intención no fuera sanata: Guardado, de media distancia, rompió el travesaño. Antes y después, la historieta fue charrúa con un Tri que hacía agua con un 4-3-2-1. El tridente de ataque charrúa (Forlán retrasado, Cavani por derecha y Luis Suárez por el centro tirado a la izquierda) hacía daño. La pelota era azteca pero no contaban con la astucia ni la garra sin juego brusco de los uruguayos (de hecho, México realizó 20 foules sobre 13 rivales y se llevó dos de las tres amarillas del juego). Encima los Pereira, Maxi y Alvaro, se venían por las bandas. Hasta que pasó lo que tenía que pasar. A los 42’, Forlán encabezó un contraataque por el centro, descargó por diestra para Cavani quien, a la altura del área grande, cruzó la pelota al segundo palo. El Zorro Suárez, el temible goleador del Ajax holandés, cabeceó de pique al piso anticipando con escándalo a Francisco Rodríguez. Era el 1-0. Uruguay se aseguraba el primer puesto, otra vez con el Maestro Tabárez (como en 1990) se metía en octavos de final, México la pasaba mal y... Malouda veía sentadito en el banco francés, en la silla eléctrica, el 0-2 de su selección.

En el segundo tiempo, Aguirre tiró la carne a la barbacoa. Se la jugó. Porque nada estaba definido y le regalaba espacios a los uruguayos metiendo a Salcido más adelante, defendiendo con tres, y parando a Dos Santos y a Barrera como extremos bien abiertos. ¿Conclusión? Ruleta rusa con 45 minutos por jugar y una Sudáfrica on fire... La pateadita de tablero no dio sus frutos porque, si México generó peligro, fue gracias a los tres cabezazos desviados de Francisco Rodríguez, el Maza, zaguero del PSV Eindhoven, quien gracias a su metro 92 hizo despeinar –al menos, para la foto- a un Muslera que se tomó el día. Los charrúas siguieron con su particular dominio, retrocediendo inteligentemente, sin permitir el golpe por golpe aunque asegurándose la mejor piña: vale contar un cabezazo a quemarropa de Lugano (que tapó el Conejo Pérez) y un fierrazo de Cavani desde 40 metros que terminó en córner. A esa altura del partido, casi a los 87’, México tenía claro que jamás podría empatar el partido. Ni con arreglo. Total, Malouda ya había hecho su parte...

Los aztecas, si la lógica aparece, volverán a cruzarse con la Selección Argentina en octavos de final, como en el 2006, cuando los de Pekerman vencieron 2-1 con la definición magistral de Maxi Rodríguez. Fue la cuarta vez al hilo que el Tri quedó eliminado en esa instancia. Sólo en 1970 y 1986, cuando fueron organizadores del Mundial, consiguieron llegar a cuartos.

El Chavito Malouda definió la serie y la suerte mexicana. Luis Suárez, Tabárez y esa grata compañía uruguaya, ya le habían puesto el sello a su clasificación y a la alegría de tres millones de hermanos.


Sudáfrica 2 - 1 Francia: revancha y escándalo

Khumalo festeja y sufre Lloris, que salió mal en el centro.

Este es un Mundial para la historia. Tanto para los libros, como para la memoria. Hoy dos equipos escribiendo páginas negras dentro de su vida. La de Sudáfrica podría llegar a ser un gris oscuro, pero sin dudas no es para nada positiva en lo futbolístico, porque a pesar de ganarle a Francia 2-1, los africanos se convirtieron en el primer país organizador en quedar afuera en la primera fase. Por el lado francés, todo mal: un empate y dos derrotas, sólo un gol en todo el torneo y un quilombo dentro del plantel que traspasó las fronteras del fútbol. A los Bafana Bafana le quedaban grande los octavos, a los galos les quedó todo grande, hasta el mote de último subcampeón.

En un momento del partido, después del 2-0 de Mphela a los 37’ del primer tiempo y con Francia con uno menos (roja a Gourcuff), los sudafricanos soñaron en grande. Porque además de la victoria parcial, Uruguay le ganaba a México y sólo dos goles separaban a los Bafana Bafana de los octavos de final. Pero no tuvieron la espalda suficiente. Fueron más que los europeos más por falencias de Les Bleus que por mérito propio. Las ideas no abundaron, las posibilidades si. Pero las limitaciones fueron más y por eso se quedaron en dos y en la puerta. El descuento de Malouda a falta de 20’ para el final los bajó definitivamente.

El lugar para Sudáfrica fue tercero del Grupo A, merecido por aguantar con México (1-1 en el partido inaugural) y ganarle a una ex potencia. Los dirigidos por Parreira sumaron la misma cantidad de puntos que los aztecas, pero la diferencia de gol no ayudó: +1 para los mexicanos, -2 para los sudafricanos. Por eso los de Aguirre van a octavos junto con Uruguay y seguramente serán los rivales de Argentina, como en el 2006, salvo que una catástrofe ataque a Maradona y sus dirigidos.

Francia se va de Sudáfrica con todo desaprobado. Sólo empató contra Uruguay, después se comió dos con México y con los locales. El tanto de Malouda permitió que al menos no se vayan zapateros. Últimos, con un punto y -3 en diferencia de gol. Un desastre que tiene un culpable: Raymond Domenech. El DT dejó afuera a figuras como Henry, el mismo Malouda, se peleó con Anelka, los jugadores decidieron no entrenar, Evra se agarró con el PF, después se quedó sin la cinta de capitán. No le faltó nada a un entrenador que se deja guiar por los signos del zodíaco. Increíble.

Lo cierto es que los dos hicieron historia. Sudáfrica, primer país anfitrión en quedar afuera en la primera fase, tendrá que tomar partida por otra selección (Argentina pica en punta en el gusto local). Fue su tercer Mundial y en todos no pasó de ronda (antes en el 1998 y 2002). El consuelo es haber tomado revancha de los franceses, con los que perdieron en el 98 (3-0). Francia, el último subcampeón, fue el papelón del Mundial adentro y fuera de la cancha. Hasta siempre y chau chau adiós para dos.

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